La batalla del Atlántico supuso la batalla de mayor importancia debido a que de su desarrollo dependía directamente la victoria aliada o del eje. Tanto el bando aliado como el eje protagonizaron una encarnizada lucha por las líneas de navegación del oceano Atlántico en el año 1942. Debido al lamentable estado de las tropas británicas tras la batalla de Inglaterra, las líneas del Atlántico suponía para Gran Bretaña la fuente de abastecimiento de material militar y armamentístico. Por este motivo se desarrolló una sangrienta batalla basada en el potencial submarino por parte de Alemania. Frente a los submarinos alemanes, los aliados decidieron proteger sus naves con fuerza aérea y submarina desarrollando sistema de comunicación y detección como el sonar y el radar. Además hay que sumar el nuevo sistema de navegación basado en un convoy protegido por diversas patrullas. Debido a este desarrollo y sistema de protección por parte aliada, los alemanes (con el almirante Karl Doenitz al mando) decidieron enviar sus submarinos a la caza de los buques enemigos. Dichos submarinos enviados por los alemanes con conocidos como las manadas de lobos de Doenitz. La respuesta aliada no se hizo esperar y en seguida contraatacaron con el envio de un número mayor de destructores y portaaviones con la finalidad de encontrar y neutralizar a los submarinos alemanes. Tras este masivo envio de tropas al oceáno de desarrollo un intenso bombardeo sobre los astilleros alemanes causando numerosos destrozos en los submarinos en construcción. Auneque Alemania puedo reponerse de este ataque ya no podía luchar contra los innumerables recursos aliados por lo que la victoria de la batalla del Atlántico cayó de parte de los aliados sobre finales de 1943.
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