miércoles, 12 de mayo de 2010

La Bomba Atómica

A lo largo de todo el conflicto, los gobiernos de EE.UU. y gran bretaña había llevado a cabo un gran proyecto científico e industrial para el desarrollo de armas nucleares, y creían que Alemania estaban investigando en el mismo campo. No se disponía de suficiente cantidades de los elementos principales, uranio y plutonio fisionable, antes de que concluyera la guerra en Europa. La primera Bomba Atómica se hizo explotar en un ensayo realizado el 16 de julio de 1945 alamogardo (Nuevo México, en EE.UU.).

Se habían fabricado 2 bombas mas, y comenzó a plantearse la posibilidad de emplearlas contra Japón para con
seguir su rendición. El presidente estadounidense Harry S. Truman permitió que se lanzaran estos 2 artefactos porque, según explico, creían que podrían salvar miles de vidas, la primera cayo sobre Hiroshima el 16 de agosto, la cual destruye las ¾ partes de las edificaciones y mata a la ¼ parte de la población, y la segunda se lanzo sobre Nagasaki tres días después.

Los cálculos de EE.UU. indican que fallecieron entre 66.000 y 78.000 en Hiroshima y que el numero de victimas en Nagasaki fue de 39.000. los japoneses afirman que los bajos ascendieron a un total de 240.000 personas.

¿Cuánto duró la II Guerra Mundial?

Veinte años después de terminar la primera contienda mundial, se desato el conflicto más devastador que ha padecido la humanidad: La Segunda Guerra Mundial (1939-1945). Cerca de 40 millones de muertos y otros tantos heridos, inválidos y huérfanos; ciudades enteras, campos, carreteras, centros industriales, monumentos históricos fueron arrasadas. Toda esta situación fue el producto del más acelerado desarrollo científico y tecnológico para exterminar al enemigo, para destruir seres humanos.

Los historiadores están de acuerdo sobre el problema de las responsabilidades de la segunda guerra mundial. Esta es imputable a Hitler, el füher nacionalsocialista, que arrastro a su país a la aventura alimentando su deseo de venganza contra los vencedores de 1948 y contra el tratado de Versalles, afirmando la necesidad de expansión alemana y exaltando la superioridad de la raza germánica sobre toda las demás etnias: Judíos, esclavos, africanos….A finales de noviembre de 1937, Hitler consideró que Alemania estaba sufientemente armada y bien dirigida por el partido Nazi para emprender la conquista del espacio vital que necesitaba la nación alemana y hacer frente a una guerra contra las democracias, es decir, contra Francia y Reino Unido, que se oponían a sus anexiones en Europa central y oriental y a todo tipo de retribución de colonias. La alianza alemana con Mussolini y la Italia fascista llevada a cabo en ocasión de la reciente guerra civil española parecía asegurar al eje Roma-Berlín una aplastante superioridad sobre Paris y Londres.

A comienzos del verano de 1939, empezaron en Moscú negociaciones en este sentido cuando, contra toda expectativa, estallo la noticia de que Hitler y Stalin acaban de concluir un pacto que alineaba a la cuna del consumismo en el campo de las dictaduras totalitarias. Alemania y Rusia se pusieron de acuerdo para una nueva participación de Polonia. Francia e Inglaterra anunciaron que se opondrían a ello con las armas.



¿Qué ocurrió después de la guerra?

Inmediatamente después de la Segunda Guerra Mundial, los movimientos de las colonias evolucionaron de dos formas, aunque manteniéndose ambas dentro de la misma dinámica que antes.

En primer lugar, los años de posguerra conocieron una relativa tendencia a la descolonización “pacífica”. A pesar de la existencia de potentes y, a veces, violentos movimientos nacionales en India, África, etc. la mayoría de las antiguas potencias coloniales otorgaron fácilmente la “independencia nacional” a muchas colonias. En un artículo escrito en 1952 el grupo francés Internationalisme, que se había separado de la Izquierda Italiana en 1944 a causa de la formación del Partido en plena contrarrevolución, analizaba así la situación: «Antes, en el movimiento obrero se creía que las colonias sólo podían emanciparse en el marco de la revolución socialista. Sin duda alguna, al ser ‘los eslabones más débiles de la cadena imperialista’, con una explotación y una represión capitalistas agudizadas, las colonias eran particularmente vulnerables los movimientos sociales. Su acceso a la independencia estaba siempre ligado a la revolución en las metrópolis.